¿HABÉIS OÍDO HABLAR DE LOS CORROS DE BRUJAS?
Una vieja leyenda cuenta que, con luna llena, las hadas acudían a zonas alejadas de los humanos a danzar en círculo. Esto atraía a los sapos de la zona y en donde se sentaban a contemplar el espectáculo, salía una seta. Si los sapos que se habían sentado eran venenosos, las setas que salían también lo eran.
Íntimamente ligados al folklore popular, los ¨corros de brujas¨ o ¨anillos de hadas¨ siempre han sido considerados formaciones mágicas, fruto de la danza en círculo de hadas y duendes y que aparecían de la noche a la mañana. Incluso hoy en día en múltiples zonas rurales del norte de Europa todavía se cree que trae mala suerte pisar dentro de ellos.
No fue hasta finales del siglo XVIII cuando se descubrió que eran fruto del crecimiento circular de ciertos hongos. Para entender que son estas curiosas formaciones hay que conocer previamente como crecen los hongos. Al igual que los frutos de un árbol, las setas solo son la parte reproductiva de un organismo mucho mayor (hongo) que vive enterrado bajo tierra y que está formado por un entramado de células alargadas (micelio) mediante las cuales se extiende y alimenta. Pues bien, este micelio puede extenderse varios metros en todas direcciones formando un anillo de crecimiento de tal forma que, cuando el micelio va agotando los nutrientes que le rodean, va muriendo desde el centro hacia la periferia. Durante la alimentación y expansión del hongo se libera nitrógeno y otros nutrientes que hacen que las hierbas crezcan con más vigor sobre este, formando una banda de crecimiento más alta y de coloración más intensa.
En otros casos se producen zonas necróticas donde no crece la hierba debido al alto crecimiento miceliar que llega a impermeabilizar el suelo, agotando los nutrientes y el agua de forma que impide que la hierba crezca. Y cuando las condiciones sean propicias (temperatura y humedad adecuadas) fructificarán las setas siempre en la periferia del anillo, en la zona de crecimiento activo del hongo, haciendo más visibles los corros de brujas.
Hoy os dejamos unas fotos de un lugar que reconoceréis bien, donde se han formado estos corros de brujas.
¡¡Nada más y nada menos que en el Castillo de Puebla de Sanabria!!! ¿¿Tendremos seres mitológicos por la Villa??
Entre las especies más conocidas formadoras de corros encontramos Marasmius oreades (ninfas, senderuelas), la cual debe su nombre a esta característica, Lyophillum gambosum (seta de san jorge), Agaricus macrosporus y Leucopaxillus lepistoides en prados y especies del géneroClitocybe, Macrolepiota y Lepista en claros de bosque entre otras.
La especie que aparece en las fotografías es Marasmius oreades, un excelente comestible muy apreciado en Sanabria y Carballeda. Se caracteriza por su sombrero ligeramente mamelonado y margen incurvado de color café con leche claro algo más oscuro en el centro. Una característica muy identificativa de dicha especie es el pie liso y elástico que permite ser retorcido varias veces sin que se rompa; a diferencia de otras especies por la que puede ser confundida, en las que el pie se rompe con facilidad y algunas poseen anillo o parte de éste.
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