sábado, 24 de octubre de 2020

24 de Octubre: Día Internacional contra el Cambio Climático

 

El expolio en los bosques amenaza a las setas, aliadas contra el CO2

Los hongos fijan el dióxido de carbono al suelo, uno de los grandes almacenes del gas de efecto invernadero

 

Los hongos cumplen un papel fundamental en la conservación de la diversidad de los bosques y en su capacidad para mitigar los impactos del cambio climático.

No somos conscientes de que los bosques son como son por la simbiosis que existe entre los árboles y muchas de las setas que nos comemos: níscalos, boletos... Por dentro de la tierra, se extiende un manto de hongos que conectan todo el sistema forestal mediante una compleja red social, formando lo que los científicos llamamos la Wood Wide Web, la internet del bosque”.

En ese matrimonio de conveniencia, los hongos micorrícicos (níscalos, oronjas, trompetillas y otros muchos comestibles) cubren las raíces y ayudan a los árboles a absorber nutrientes y agua. Estos, en contrapartida, transfieren a los hongos los carbohidratos que producen al fijar el CO2 de la atmósfera (gas de efecto invernadero, principal responsable del cambio climático). “Y son los hongos los responsables de que ese carbono acabe depositado en el suelo de los bosques, que es uno de los grandes contenedores de CO2 del mundo”

Este equilibrio podría resquebrajarse según investigaciones de la Global Forest Biodiversity Iniciative (red de científicos forestal), que apuntan a que el cambio climático podría provocar que esos hongos fueran sustituidos por otros no tan eficientes en esa simbiosis. Si esto sucediera, parte del CO2 que se fija en el suelo se mantendría en la atmósfera, “exacerbando el círculo vicioso del cambio climático”.




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